Carta de una mujer para sí misma

Aquí desde tu oscuridad, desde las sombras y desde tu alma sabia: 

Te prometo no volverte a soltar jamás 

No permitir que nadie te toque si no lo quieres

Prometo defenderte y defender a tus hijos 

Prometo amarte así tal cual eres, no intentar 
cambiarte, no juzgarte, no justificarte, no callarte 

Prometo decirte la verdad, aunque duela, prometo escucharte, prometo mirarte y darme cuenta cuando ha sido suficiente para ti 

Prometo poner los límites que sean necesarios para cuidarte 

Prometo seguir buscando el equilibrio entre lo que te une a la tierra y lo que te llama del cielo, para que no vuelvas a enfermar 

Prometo buscarte tus espacios de silencio y reconexión

Prometo sentarme a la mesa contigo más seguido 

Prometo aprender a confiar y soltar para no volver a acumular 

Prometo aprender a decir que no 

Prometo honrar tu origen sin intentar cambiarlo y sin abandonar tus raíces 

Prometo hacer de cada una de tus heridas un jardín 

Y también prometo abrazar a esta niña que te habita, que eres y que sigue esperando... y prometo encontrar la manera de hacerme cargo de ella 

Prometo redescubrir tu misión al llegar aquí, porque la verdadera no es en función de nadie, sino de ti misma 

Prometo volver a probar los matices de la vida como esa adolescente intensa y enfurecida sin miedo a ser juzgada o etiquetada

Prometo rescatar esa mirada dulce y brillante de la joven, ilusionada, llena de amor y con el corazón roto, para soltar el miedo a volver a ser lastimada

Prometo dejarme desbordar por la mujer con el deseo ardiente de amar al hombre que eligió la vida contigo, que cambio todo por ti, que se arriesgo a dar un paso al vacío por ti, que lucho por ti y hoy libremente sigue luchando contigo 

Prometo recuperar a esa mujer que convirtiéndote en madre fuiste partida en dos y que muerta de miedo no pudiste defenderte ni a ti ni a tu hijo, para que ya no estés enojada con todos excepto con quien realmente tienes que enojarte y para que puedas abrazar a tu hijo sin obstáculos ni culpas... ambos lo merecen. Y desde ahí puedas seguir acompañando a otras mujeres en este viaje 

Prometo consolar a esa madre que entregó a otro hijo y a un hermano a la tierra, el dolor jamás se terminará pero no te estorbará más, ellos habitan en ti 

Prometo vigilar y avisarte si nos estamos saliendo del camino y dejarte explorar y aventurarte cuando tus pasos sean auténticos y genuinos 

Prometo dejar de cargar lo que no es tuyo y no postergar las lagrimas que quieren salir 

Y te prometo por sobre todas las cosas que te abrazaré, que aquí estaré, que no me olvidaré de ti, que te escucharé y que siempre buscaré regresar aquí... a nuestro encuentro y en donde no estamos fragmentadas, en donde somos una sola.

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